Y allí estaba yo. Tirado en cama, sintiéndome solo una noche más.
Me pregunté de qué color tendrías los ojos. Me pregunté qué estarías
haciendo en esos momentos. Me pregunté si te sentías tan sola como yo,
si tenías tantas ganas de encontrarme como yo a ti.
Me pregunté cómo son
tus padres, si les caeré bien y si me aceptarán como parte de su
familia. Me pregunté en repetidas ocasiones dónde estás, quiénes son tus
amigos y si alguna vez te han fallado. Me pregunté si tú también echas
de menos a alguien apenas empiezas a conocer.
Me pregunté si serías
tan detallista como yo lo soy. Me pregunté también dónde nos íbamos a ver, dónde sería el primer beso y dónde haríamos el amor por primera
vez. Me pregunté qué sentiría cuando me dijeses “te quiero”. Me
pregunté si te dedicarías a contar mis lunares y sorprenderme de vez en
cuando. Me pregunté si me harías reír tanto como lo necesito ahora. Me
pregunté cuántos años, cuántos días, cuántos minutos faltan para que nuestras miradas se crucen.
Sin poder evitarlo, me imaginé una vida a tu lado.Apenas te conozco, pero
me muero de ganas de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario