Vistas de página en total

lunes, 22 de julio de 2013

París

-Cometamos el error de enmorarnos juntos.
-¿Por qué es un error enamorarnos?
-Porque tarde o temprano terminaremos haciéndonos daño,pero hasta entonces será bonito.
-Eres muy negativa,¿lo sabias?
-Me gusta pensar que soy previsora,no sé,a mí las cosas no me han salido muy bien en el amor.
-A lo mejor esta vez es distinto.
-Ojalá,cariño,¿acaso crees que no tengo ganas?Ganas de que,por fin,haya llegado el día en el que pueda decir que he dejado de buscarte.O de intentar encontrar sentido a todo.Nunca he sabido vivir de otra forma.
-En ese caso,tienes una forma muy bonita de morir.
-O de esperarte,que viene a ser lo mismo.
-Quizas el problema es que aún no te has dado cuenta de que yo ya estoy aquí,desde hace algún tiempo,esperando a que te decidas.
-Quizas si,a veces tengo la sensacion de que he usado mucho tiempo la esperanza como si fuesen unas gafas,y me las han roto tantas veces que ya no veo nada de lo que hay a mi alrededor.
-¿Y si te cojo la mano?muy fuerte,quizas así me veas,y entiendas que estoy a tu lado y que voy a quedarme contigo.
-¿Y si algún dia te vas?
-Y si algún día nos vamos intentaremos al menos escribir un final feliz a lo nuestro.
-Los finales felices no existen.
-Claro que existen,lo que pasa es que aún no los hemos descubierto,contigo es posible,¿quieres que lo intentemos?
-No me gusta hablar con el estómago vacío.
-¿Quieres comer algo?
-¿Aparte de tí dices?

Y,bueno,así creo que es un poquito la vida,una especie de andén en el que esperamos que llega el tren sin saber ni el destino ni la hora,y que se baje de él alguien,sin saber quién es ni de dónde viene,y que sonría al vernos como si hubiéramos viajado juntos durante mucho tiempo para encontrarnos.
Me gusta pensar que eso sucederá,y ojalá sea pronto,porque a veces tengo la sensación de que me he equivocado de andén,hasta de estación,y estoy esperando un tren del que no se bajará nadie para darme un abrazo.Y entonces,siempre me quedará París,pero con nadie.
Por eso,sube conmigo al tren antes de que parta.
París no es nada sin tí.
 

miércoles, 17 de julio de 2013

Ella

Esa pequeña muchacha bella e interminable,
que duerme con sus penas,sola

Esa mujer que guarda entre las manos
el ritmo de su sangre y de mi sangre.

Hablo de esa chica que brilla y para que no se note
se oculta tras los focos.

La cómplice que no podrás hallar en bares ni catálogos.
La diosa descreída que va fundando entre mis dedos religiones.
La muchacha que pasa y si no sabes verla, para qué sirven tus ojos.

Ella,que se avergüenza de estar llena de cascadas
pero íntimamente lo celebra.
Que sospecha de si misma y algunas veces se perdona.
Ese peligro sin letreros que te adviertan
de las curvas peligrosas de sus ojos.

Esa Caperucita rota y tan entera que cruza el bosque
tocando sus tambores para llamar al lobo.


Ella.
Porque se llama Ella
cuando se piensa otra.

Tú,
que conviertes precipicios
en balcones si te asomas.

Ven.
Creo que el lobo ha llegado.
Soy yo.

Y te estoy esperando.

Tu cuerpo

Y yo que creía haber visto demasiado,
te miro por regiones y empiezo a ver de nuevo.

No imaginaba que en el pequeño país de tu cuerpo
pudieran convivir, en armonía, tantos reinos.

Hablemos, por ejemplo, de tus pies,
tan unidos ellos, separados por los míos.
O de tu ombligo, que es el área de servicio
donde siempre olvido detenerme
de camino a mi destino.

No hablaré de tus ojos, porque esa noche
sólo intuía lo que dicen. Ahora lo sospecho
si no estás, y lo leo si estoy dentro,

Ir de vacaciones a la costa de tus párpados
es querer quedarse a vivir allí,
incluso cuando llueve.

Y hay miradas, como la tuya,
en las que caben todas las tormentas,
todas las brisas, todos los vientos.

Estoy dispuesto a realizar las excursiones
arriesgadas que provoca tu boca,
sin mapas,guías, ni traductores.

Me basta imaginarte sonriendo así,
como si besaras cada miedo.
Cuando te muerdes el labio inferior,
y podrías denunciarme si supieras
(y sabes) lo que pienso.

Explorar tus largas piernas,
bajar, sin salvavidas, los rápidos de tu cuello,
y en tu nuca grabar mis iniciales,
de tanto dibujarlas con los dedos.

No imaginaba que en el pequeño país de tu cuerpo
pudieran convivir, en armonía, tantos reinos.

Pero si me das tiempo
(sobran ganas)
me voy a dedicar
a recorrerlos.